se ha echado a perder.
Antes no mostraba, más que rostro y pie,
pero hoy muestra todo lo que quieran ver.
Hoy más de una niña parece un varón,
no le falta a alguna más que usar bastón,
pero lo que causa más indignación
son esas melenas que usa a lo garçón.
Lo que más detesto es la melena,
porque a la mujer convierte en nena.
Pero hay una melena, melenita de oro,
que es una fortuna, la de mi tesoro.
Pero hay una melena, que me vuelve loco
y es su melenita, su melena de oro.
Más de una jamona que anda por ahí,
se ha cortado el pelo para despistar
y está convencida que peinada así,
los hombres al verla la van a adorar.
Y anda por Florida palpitando un flirt
y con su flequillo y el pelo cortón,
no sabe la ingenua que más que mujer,
parece la pobre: ¡Cristóbal Colón!
Por eso detesto a las melenas,
solo le va bien eso, a las nenas...
Pero hay una melena, melenita de oro,
que es una fortuna, la de mi tesoro.
Pero hay una melena, que me vuelve loco
y es su melenita, su melena de oro.
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