Letra: Pascual Guillén
Música: Ramón Zarzoso
Si yo tuviera el divino poder
de dar la muerte con solo mirar,
de dar la vida con sólo querer,
de dar cariño con sólo besar,
los ojos míos serían puñales
con doble filo de odio y traición,
los labios míos venenos mortales
para besarte con odio y amor.
Y tú risueño con tono burlón,
me respondiste con esta canción:
Dicen que el amor y el odio
forman juntos una flor,
que el querer es su perfume
y el desprecio su color.
Por eso si yo tuviera poder
para aborrecerte
ya mismo te aborreciera
para darte de nuevo mi amor.
Maldita la noche tan bella
que yo te miré con pasión
Bendita sea la estrella,
¡maldita! Que te dio mi corazón.
Por qué desdenes tan sólo me das?
Por qué no vienes a verme? ¿Por qué?
Si tú ya sabes que no puedo más,
que sin tus besos vivir yo no sé.
No te da pena de ver cómo lloro,
no te da pena de verme sufrir.
Por qué te ríes de mí si te imploro
por qué te burlas si quiero morir.
Y yo risueña con tono burlón
te doy consuelo con esta canción:
Dicen que el amor y el odio
forman juntos una flor,
que el querer es su perfume
y el desprecio su color.
RECITADO:
Por eso si yo tuviera
poder para aborrecerte
ya mismo te aborreciera
para darte de nuevo mi amor.
Maldita la noche tan bella
que yo te miré con pasión
Bendita sea la estrella,
¡maldita! Que te dio mi corazón.
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